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Educación mediante el deporte, un arma poderosa en un contexto de inestabilidad social

En el mundo actual existe un lenguaje mediante el cual las personas sin importar idioma, edad, raza, religión o clase social, pueden comunicarse. Este lenguaje es el deporte; y por su naturaleza, es un instrumento esencial de formación e inclusión de la persona. Sin embargo para utilizarlo correctamente en pro del desarrollo individual y social no sólo se requiere pasión, sino también competencias profesionales.



Podríamos definir el verbo “educar” como la acción de hacer surgir algo que está dentro de la persona mediante un proceso guiado. Ello supone una relación entre una persona madura y otra en formación. Considerando que estamos trabajando con niños, lo primero que debemos reconocer es que la persona madura es quien debe adaptarse al nivel del educando; es decir, adecuar su lenguaje al utilizado por el menor. La comunicación infantil no esta basada en las palabras, sino en la acción – juego; por lo que una correcta educación deportiva, debería iniciarse con una educación en el juego. Personalmente, considero que los niños aprenden mucho más de esta manera, que en excesivas horas pasadas con libros o escuchando recomendaciones, reglas o pasos a seguir de los adultos. Sin embargo, para formar positivamente al niño, debemos enfocar la actividad del juego en 3 ejes fundamentales.


  • Respeto a las reglas y a los demás:

Durante el proceso, la dinámica del juego nos brindan situaciones de conflicto. Ello, correctamente manejado, son oportunidades para fomentar el respeto por el otro. Con ello se enseña el diálogo, a entender los sentimientos del otro, a reconocer los propios errores y a encontrar solución que considere ambas partes.


  • Jugar de forma autónoma

Tras la explicación de un nuevo juego, dejemos que los niños lo experimenten por sí mismos, sin intervenir constantemente para hacer aclaraciones. Tras ello es recomendable ayudar a los niños a razonar sobre lo que sucedió en el campo. Con esto formamos personas que no reproducen las cosas que otros les dicen sin pensar, sino que generan su propia conducta.


  • Experimentar placer y gratificación durante el juego

Es mejor proponer juegos participativos que competitivos, pues ayuda a los niños a comprender que el placer que experimentan no viene de la victoria sino del juego mismo; moviéndose, compartiendo con el grupo y explorando sus capacidades. Quien desde pequeño asocia el placer con el movimiento, mantendrá más fácilmente el interés por una vida deportiva cuando sea adulto.



En este contexto me gustaría mencionar el proyecto “Sport4Peace” de la organización internacional “SOMOS”. Esta organización actualmente opera en 20 países, donde atiende a 1 millón de niños y jóvenes bajo el esquema de usar el deporte y el juego para educar y construir habilidades sociales esenciales en comunidades vulnerables”. SOMOS se enfoca en el deporte escolar como complemento necesario e integrado en el proceso educativo de las escuelas. Estas no tienen ninguna necesidad de captar participantes, los tiene todos, ya están ahí en las aulas; tampoco debe obedecer a criterios de competitividad, ya que su objetivo es la formación integral. Sin embargo debemos recordar que el deporte y la actividad física aún siendo excelentes terrenos de promoción y desarrollo de valores sociales y personal, no son en sí mismos generadores de estos. Existe el peligro de que el deporte pueda llevar a la violencia, si se pierden el sentido del equilibrio y de la solidaridad, de la cooperación y de la ordenada competencia entre los mismos deportistas. Por lo tanto, SOMOS diseñó el concepto del “Dado de Sport4peace” para formular reglas que desarrolle en los niños una personalidad positiva con actitudes sociales constructivas. Las reglas son: Da lo mejor de ti; juega limpio; no te desanimes y vuelve a empezar; juega pensando en los demás; alégrate siempre, gane quien gane; y, crea equipo. Estas reglas pueden llegar a ser reglas de vida; ya que trata de cambiar la mentalidad no solamente en el deporte sino en la vida misma, potenciando el surgimiento de una cultura de la derrota para generar una nueva cultura de la victoria; el aprender a saber perder para saber vencer.



En mi punto de vista entiendo la educación de los niños no como la memorización de datos históricos o fórmulas matemáticas, sino en aprender a aprender. En este sentido, podemos hablar de la palabra habilidad, entendida no solamente como la capacidad y disposición para hacer una cosa a partir de un movimiento del cuerpo, sino en un sentido más integral y profundo. Entiendo esta palabra como el deseo de hacer, el querer hacer, el saber hacer y el poder hacer; esto determinará la forma en la que somos, sentimos, estamos y actuamos en el mundo. Desde pequeños utilizamos nuestra motricidad no sólo para movernos, desplazarnos y tomar objetos; sino fundamentalmente para ser y aprender a pensar. Nuestra condición física de adultos, con sus posibilidades y limitantes, definirá como nos sentimos, cómo somos y cómo nos relacionamos.


Ello da pie para cuestionarnos sobre las influencias psicológicas del deporte y el efecto hacia una condición mental saludable. En este sentidos diversas organizaciones reconocen que el deporte tiene valores psicopedagógicos; ya que permite descargar la tensión acumulada y controlar las emociones (desahogo y estímulo); acerca a las personas superando barreras lingüísticas, culturales o sociales, todos son iguales dentro de la cancha (integración y socialización); genera un vínculo que une a quienes lo practican, desarrollando un fuerte sentido de colaboración y trabajo en equipo (pertenencia); mediante el deporte la persona aprende a respetar las reglas del juego, como base a las reglas sociales y a valorar al adversario y así mismo (respeto); finalmente, la motivación por la victoria incentiva el espíritu de sacrificio, desarrollando una verdadera educación hacia el esfuerzo (tenacidad).



En este contexto, cabe mencionar a uno de los problemas que afecta tanto a la parte física como psicológica de la persona, la drogadicción. Este, además, trae consigo otros problemas como la delincuencia, violencia familiar, abusos a menores, irritabilidad, etc. Sin embargo, si pensamos que la actividad física vigorosa (práctica de deportes individuales de gran exigencia física o colectivos practicados de forma competitiva), debido al incremento interno de los niveles de morfinas, crea también sensaciones de bienestar como la felicidad, tranquilidad, reducción de la ansiedad, euforia, etc. Entonces puede llegar a convertirse en una clara alternativa a la utilización de drogas. El chico/a que se acerca a las drogas para buscar nuevas y variadas sensaciones puede descubrir una alternativa a estas exigencias en la práctica deportiva.



Sin embargo, la mera participación en competiciones deportivas no es garantía de prevención de problemas como la drogadicción. La “atmósfera social” en la que convivan los practicantes hará un medio valioso para la formación o deformación de la persona. Por lo tanto, si tratamos de educar correctamente, debemos conocer la realidad de la que provienen nuestros chicos/as, ya que en caso contrario es muy posible que seamos poco eficientes. De esta manera, la figura del entrenador resulta ser cada vez más central para el desarrollo del menor, sobre todo en la sociedad actual, donde los vínculos familiares están en crisis. El entrenador resulta ser un punto estable y fuertemente identificado para los menores; por lo que es urgente, más que nunca, una formación específica dirigida a todos los entrenadores y educadores, con el fin de convertir a todas esas personas en verdaderos agentes educadores.



Para terminar, me gustaría realizar una reflexión a partir de un cliché bastante utilizado, “Los niños son el futuro”. Esta es una frase, por decirlo menos, muy “manoseada”; sin embargo la concientización de la misma en las personas parece tener una relación inversamente proporcionar a su uso. Actualmente, Perú mantiene un 26,4% de trabajo infantil; y sí, es cierto, nuestro país tiene una condición económica y social que empuja a muchas familias a que los hijos menores tengan que trabajar para apoyar al bolsillo familiar; sin embargo esta situación perjudica claramente la educación del menor, dificultando las posibilidad de sobresalir en un futuro. El deporte como hemos podido darnos cuenta tiene muchos beneficios para las personas y para la sociedad en general; es una herramienta muy poderosa para cambiar la mentalidad de la humanidad. Cuantos de nosotros hemos escuchado la frase cuando algo negativo nos sucede; “tómalo deportivamente” ¿Será que el deporte tiene tanto que enseñarnos? Internamente, creo que muchos sabemos que la respuesta a esta pregunta es un gran SÍ, pero la diferencia será en qué hacemos al respecto.




VIDEOS EJEMPLOS DE BUENAS PRÁCTICAS



PROYECTO: Academia deportiva cantolao - Fútbol en el callao



PROYECTO: Sueños de arena - Sandboarding en huacachina




BIBLIOGRAFÍA

ACETI, Ezio; Lucia Castelli Desarrollo social através del deporte

2015 CAF; Universidad Andina Simón Bolívar. Quito: ISBN

http://scioteca.caf.com/bitstream/handle/123456789/734/Desarrollo_WEB.pdf?sequence=1&isAllowed=y

DIARIO GESTIÓN Más de 368, 000 niños peruanos dejaron de trabajar durante el 2015; publicada el miércoles 02 de Noviembre del 2016.

2016 Visitada el 02/11/2016. Lima: Gestión

http://gestion.pe/economia/mas-368000-ninos-peruanos-dejaron-trabajar-durante-2015-2173800

HECHENBERGER, Alois Sport4peace y las 6 reglas del juego

2015 CAF; Universidad Andina Simón Bolívar. Quito: ISBN

http://scioteca.caf.com/bitstream/handle/123456789/736/Sports4Peace_WEB.pdf?sequence=1&isAllowed=y

SOMOS SOMOS, red del deporte para el desarrollo de América Latina

2015 Comunidad Andina de Fomento.

http://www.somosla.org





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